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Por Manuel Ponce Rascón*
En México el proyecto educativo nacional se renueva en cada cambio sexenal de gobierno, partiendo de que el planteamiento anterior dejó serías carencias en los procesos de formación en los diferentes niveles escolares. Las nuevas propuestas generalmente suelen responder en mayor medida a los intereses políticos del sexenio más que a las necesidades sociales y a la formación de sujetos autónomos preparados para su integración creativa y responsable en la sociedad.
En este trabajo se pretende presentar el inicio de una reflexión acerca del sentido de la formación de los sujetos que subyace en la propuesta educativa del sexenio 2006-2012[1] del gobierno de México, para el nivel medio superior. Dicha propuesta esta plasmada en la Reforma Integral de Educación Media Superior “RIEMS”, basada en la formación por competencias genéricas, disciplinarias y profesionales. Se apuntala la reflexión a partir del pensamiento de Cornelius Castoriadis[2] en cuanto a la concepción de lo histórico social, el imaginario social, la educación y la autonomía, en su relación e influencia tanto de la constitución del psiquismo como de la constitución social de los sujetos autónomos, integrantes coautores de la sociedad.
Inicialmente se hará un breve acercamiento a los planteamientos de Castoriadis que serán la base para realizar la reflexión acerca del sentido de la formación de los alumnos en el proyecto de la RIEMS.
En la segunda parte haremos una breve presentación de los planteamientos de la RIEMS, iniciando la reflexión acerca del sentido de la formación de los estudiantes que se encuentra en su propuesta por competencias, haciendo un análisis de sus objetivos, su propuesta metodológica y sus bases de evaluación.
En la parte final presentaremos planteamientos posibles para abrir camino dentro de la RIEMS y su propuesta por competencias, hacia la acción docente dentro una formación crítica para sí mismos y los alumnos, que se enfoque a dar respuestas a las necesidades personales y sociales dentro de un campo crítico y autónomo.
Concepciones teóricas a partir de Castoriadis.
Para Castoriadis hay una relación indisociable entre la psique de los sujetos y la sociedad, donde la educación cubre un papel fundamental. La sociedad se encuentra organizada dentro de un marco histórico social en el que se van creando una serie de valores, normas, mitos, significados y formas que orientan y dan sentido mediante la educación, tanto de la concepción del mundo como a los modos de ser y actuar de los sujetos en ese mundo. Por su parte los sujetos desde el nacimiento poseen un psiquismo -cuyo potencial puede generar representaciones unidas a afectos e intenciones o deseos- que les permite recibir, integrar, organizar y responder a la información del contenido social, que mediante las diferentes acciones de cuidados y educación comienza a recibir desde sus primeros momentos de vida.
En un principio este psiquismo se encuentra en una posición de unidad indiferenciada que no puede discriminar lo propio de lo externo, prevaleciendo un estado de omnipotencia que parece cubrir toda necesidad y deseo. Pero al entrar en contacto con los aportes que vienen desde el cuidado externo, para cubrir sus necesidades y demandas, esta unidad sufre su primera ruptura y comienza a reconocer lo diferente, lo separado, lo exterior, aunque todavía bajo el principio de sus propias características de omnipotencia que demanda todo para sí.
Al inicio el sujeto no puede aprehender el mundo de otro modo que como sí mismo, por lo que espera que los padres o cuidadores respondan a sus deseos de manera absoluta. Como esto no se cumple, poco a poco la psique tiene que considerar al otro como alguien diferente, con sus propias decisiones y deseos que le sirven de soporte y le remite al mundo mediante el lenguaje.
Así se aprende penosamente que las palabras tiene un sentido socialmente establecido y que no pueden significar lo que cada uno quiere, de esa manera se van incorporando las normas, valores y sentidos sociales inculcados mediante la educación que se recibe a costa de reprimir los propios deseos de origen.
En este proceso de diferenciación y aceptación de la normatividad externa se va constituyendo el sujeto socializado, que sin embargo no queda atrapado pasivamente bajo la determinación de las leyes y valores de la institución social, ya que el psiquismo posee una Imaginación Radical: “La imaginación radical hace surgir su tiempo, que es un tiempo propio, y su espacio, que es un espacio propio….hace surgir también y sobre todo un contenido, un flujo representativo-afectivo-e intencional espontáneo, inagotable e indomable”.[3]
La imaginación radical permite al sujeto captar y reorganizar la información que recibe, recreándola, dándole su propia interpretación, creando nuevas representaciones de la misma y ayudado por el mecanismo de sublimación para cubrir sus propias demandas, hacer una negociación, una permuta entre la representación de su objeto de deseo reprimido, por uno aceptado bajo los requerimientos sociales, así el autor nos da el ejemplo de sustituir el deseo hacia la madre sexuada por el amor filial a ella.
Castoriadis resalta que este modo de sublimar, conciliando el deseo propio con la demanda de lo social, da lugar a una posición reflexiva y crítica que facilita al sujeto además de incluirse activamente dentro de las significaciones sociales normativas, ser transformador y coautor de las mismos, dando paso al camino de la autonomía[4] que hace frente a la alienación, a la heteronomía[5].

Si se destituye a lo externo de la omnipotencia y el autoritarismo, ubicando a los padres, maestros, gobernadores, como portadores de una organización a partir de normas y valores creados en lo social, se coloca a la psique en una realidad con existencia en lo social, que se abre más allá del sentido inicial de todo unido para sí. Aparece entonces el individuo social que encuentra un lugar y un modelo identificatorio con funciones sociales, siempre y cuando las diferentes instituciones, familia, escuela, iglesia, gobierno etc., respondan a esas necesidades. Así el sujeto se podrá apropiar de las formas y significaciones instituidas socialmente, su modo de ser y manera de relacionarse cambiará del todo para sí, adquiriendo un nuevo sentido que incluye la posibilidad de imaginar lo diferente a lo establecido y modificar lo exterior, al mismo tiempo que puede cargar afectivamente su propia imagen y la de los otros, por lo que tendrá la misma preocupación de sí y de lo externo, con un sentido de fraternidad más allá de los propios intereses.
En la posición de autonomía el sujeto va a interrogar el orden social fundado, ayudado de la mediación del mecanismo de sublimación que concilia el deseo propio con la demanda de la institución, con sus valores y normas- que Castoriadis ubica dentro de las Significaciones Imaginarias Sociales, SIS[6]– se reconocerá como un coautor dentro de lo histórico social con un proyecto ético que responda al bien común.
Sin embargo, este estado de autonomía no encuentra un camino fácil para su realización, ya que la institución social tiende a preservar su orden y organización, y no induce a interrogar lo establecido, si no más bien hace lo contrario, resguarda sus normas de cualquier intento de cambio que es tomado como un ataque, una transgresión a la ley, por lo que tratará de reprimir cualquier intento de transformación, generándose un conflicto entre la heteronomía y la autonomía. “La autonomía consiste en la capacidad de poner en tela de juicio a la institución dada de la sociedad; y es esta misma institución la que, por intermedio sobre todo de la educación, debe capacitarlos para cuestionarla”.[7]
La escuela forma parte de las instituciones que remiten a los sujetos al mundo histórico social y el profesor es el intermediario que aporta además de la información las significaciones que dan sentido a la forma de comprender y actuar en el mundo, de ese modo es uno más de los actores sociales que puede entrar en defensa de la institución y promover la heteronomía o bien puede buscar la transformación y orientar hacia la constitución de sujetos autónomos.
Pero como la sociedad autónoma que puede admitir su propia crítica y transformación colectiva no está vigente y sólo ella alcanzaría a promover la formación de individuos autónomos, en ese sentido el profesor que se coloca en la posición crítica de su propio rol tanto como de los sentidos establecidos institucionalmente y promueve el cambio mediante la reflexión e interrogación de las nociones de verdad, realiza un acto de autonomía y de política, para transformar el sentido institucional y poder educar a los individuos en el sentido de la autonomía.
“La política tal y como ha sido creada por los griegos ha comportado la puesta en tela de juicio explícita de la institución establecida de la sociedad….los griegos crean la verdad como movimiento interminable de pensamiento, poniendo constantemente a prueba sus límites y volviendo sobre sí mismo (reflexividad) y la crean como filosofía democrática: pensar no es ocupación de los rabinos, los curas, etc., sino de los ciudadanos que quieren discutir en un espacio público creado por este mismo movimiento”.[8]
El autor nos señala que el docente tiene un papel desencadenante, ya que siempre tiene frente a sí sujetos determinados y mediante su acción pedagógica interacciona con el psiquismo de los alumnos, dicha interacción constituye el elemento fundamental, ya que eso es lo que hace que el estudiante pueda investir o no el conocimiento, es decir, entrar en una disposición de interés y relación afectuosa con lo nuevo que aprende, para lo cual el que enseña debe tener una intención amorosa en su acto docente.
“Nadie se atreve a plantear la cuestión de la capacidad de los docentes para suscitar el Eros en sus alumnos…. La profesión de docente no es un trabajo cualquiera.… Si los docentes no son capaces de suscitar entre los niños el amor por lo que aprenden y, además, por el hecho de aprender, no son docentes.” (Castoriadis, 2001: 211)
El docente requiere entonces de una capacidad, léase competencia, para despertar la “filia”, el eros, el gusto, la pasión, un amor sublimado por lo que se aprende, al mismo tiempo que induce hacia una actitud reflexiva y crítica sobre el aprendizaje, de esa manera contribuye a la formación de una actitud autónoma, entendida ésta como el auto-nomos darse ley, es decir tomar conciencia de su potencial para reconocer y contribuir a la alteridad, a la posibilidad de provocar cambios, de generar situaciones nuevas y asumir su lugar de ser creativo que busca mejorar la respuesta a sus necesidades y deseos propios así como los de la colectividad.
Por otro lado los profesores dentro de la relación pedagógica, deben ser sensibles a la reciprocidad, reconociendo la posibilidad de aprender a partir de sus alumnos, de cómo actúan, piensan, se relacionan, y platean una serie de problemáticas que suelen ser todo un reto y motor de investigación para el docente.
Por desgracia dentro del actual proyecto educativo para la educación media superior de México, hay una aparentemente inclinación hacia la formación de sujetos autónomos, pero en realidad se pone el acento en la capacitación para la eficiencia y adaptación dentro de un sistema de economía de mercado, competitividad y consumo. Así, deja de lado la formación hacia la autonomía y la idea del cuidado para el bienestar común tanto de los profesores como de los alumnos.
Reflexiones sobre la RIEMS, el sujeto, la educación y deseo del bien común.
La RIEMS
El Colegio de Bachilleres a partir de agosto del 2009, se incorporó en la Reforma Integral de la Educación a Nivel Medio Superior, en el entendido que esto llevaría a proyectar cambios en la educación más allá del interior de la institución misma hacia un nivel nacional. Por ello es importante conocer dicha reforma basada en un enfoque de competencias y analizar los fundamentos teóricos que la sustentan y sobre todo los objetivos sobre el papel que se establece tanto para los alumnos como para los docentes.
La Reforma Integral de la Educación Media Superior en México, en la idea de responder a las exigencias del mundo actual de la globalización capitalista, se centra en temas y puntos relevantes del acontecer educativo del país, como son: cobertura, calidad, equidad, actuar en contextos plurales, manejar y seleccionar información y crear una actitud crítica y reflexiva.
Según el tiempo en el que vivimos resulta importante actualizar los contenidos y el papel de la educación media superior de manera: “que tenga sentido estudiarla, y se convierta en un mecanismo a través del cual los jóvenes adquieran habilidades y conocimientos que les resulten útiles para desarrollarse como personas y actores en la sociedad y el mercado laboral.” (SEP, Enero 2008: 16)
En lo formal se tiene la intención de ofrecer una educación que responda a las “demandas” de los jóvenes de nuestro tiempo.
“La educación que reciban los estudiantes de EMS debe contribuir a su crecimiento como individuos a través del desarrollo de habilidades y actitudes que les permitan desempeñarse adecuadamente como miembros de la sociedad. Implica un esfuerzo y una inversión que los estudiantes valorarán mejor en la medida en que sus estudios sean significativos para sus aspiraciones como jóvenes.” (SEP, Enero 2008: 16)
En estas citas podemos observar que la idea de educación media superior, deviene un mecanismo funcional de adquisición- no de formación, ni de constitución, ni de transformación- que impulsa el desarrollo personal y la acción adecuada en la sociedad y el mercado laboral. No hay en esto último una intención para formar en los jóvenes una actitud crítica que permita la transformación personal y la posibilidad de ser un actor de transformación social.
Se dice que para que se logre la oferta educativa ésta tiene queintegrarse a un cambio programático en la forma de enseñar y aprender, que pueda ser atractiva para que los jóvenes encuentren el proceso educativo no sólo como una obligación a cumplir sino como una formación para la vida. Para lograr este objetivo se opta por un enfoque educativo por competencias, como una opción viable para responder a las necesidades y objetivos que se tienen, los cuales demandan personas capaces de aplicar sus conocimientos, habilidades y actitudes en situaciones cada vez más complejas. “Una competencia es más que conocimiento y habilidades. Implica la capacidad de responder a demandas complejas, utilizando y movilizando recursos psicosociales (incluyendo habilidades y actitudes) en un contexto particular”. ( SEP. Enero 2008: 51)
La idea general en lo formal es que los estudiantes puedan integrar saberes o atributos (informaciones, habilidades, formas de pensamiento, estrategias cognitivas y valores) para el logro de desempeños relevantes, la realización exitosa de tareas o la resolución de problemas específicos para demostrar que son competentes para hacerlo. Sólo así podrán ser aptos para actuar adecuadamente en los diferentes escenarios de la vida.
En la propuesta educativa de la Reforma Integral se plantean tres campos de competencias que son: genéricas, disciplinarias y profesionales.[9] Con las cuales se quieren cubrir una formación integral que responda a las diversas necesidades e inquietudes de los jóvenes, tanto para el ámbito laboral, continuar sus estudios y para ser un buen ciudadano.
Se puede observar que esta idea de competencia apunta a la formación para la vida, pero se enfoca a fomentar la motivación para estudiar, suponiendo que el interés de los alumnos es el de adquirir conocimientos y habilidades para resolver exitosamente problemas de su escenario cotidiano. Pero no considera la importancia fundamental que Castoriadis menciona acerca de la filia, el amor fomentado mediante la relación maestro alumno hacia el conocimiento y el aprendizaje, por otra parte no define hacia dónde y para qué se busca la resolución de problemas, ya que la competencia para el desempeño relevante no implica la alteración propiamente dicha que conlleva la creación en lo social, y por ende la autonomía y el bienestar social.
Hay una diferencia entre ser competente y competidor.
“Ser competente refiere a unas capacidades que aun siendo operativas, se encuentran articuladas sustantivamente con distintas formas del saber; ser competidor en cambio, refiere a un rol concreto dentro de unas relaciones sociales de ganar-perder”. (Vargas, 2005: 2)
Resaltar esta diferencia es importante para el planteamiento de un paradigma educativo incluyente y equitativo, para no meramente buscar estar en el primer lugar, al estilo empresarial. Lo que se busca es formar personas eficientes pero que tengan un criterio amplio que les permita desenvolverse de manera creativa, reflexiva y crítica.
Para lograr estos objetivos es importante contar con una didáctica de acuerdo a las expectativas planteadas, que pueda incidir en el proceso de enseñanza-aprendizaje con el fin de conseguir una formación integral de los estudiantes. El proceso de aprendizaje-enseñanza es muy complejo, tiene muchas variables que lo influyen, las cuales se deben tomar en cuenta, por lo cual el aprendizaje no debe limitarse a responder a una evaluación con base en preguntas de contenidos específicos, con lo que se estaría cayendo en un reduccionismo absurdo y se seguiría centrado la enseñanza en base a la memorización y repetición de contenidos, que de ninguna manera puede garantizar una buena compresión, ya no se diga una apropiación del conocimiento y mucho menos una capacidad reflexiva y crítica.
Al aprender los seres humanos adquieren una forma de apropiarse y de interpretar la realidad, los estudiantes no son almacenes de conocimientos, ni de repetición de conocimientos ya dados, sino que es un trabajo de construcción permanente, en ese sentido así como Castoridis, Vargas Beal nos confirma: “el estudiante es quien aprende y lo que aprende lo construye él mismo, ¿por qué hablar de mediación? Evidentemente el maestro actúa comunicacionalmente de una determinada manera que según él, media el proceso de aprendizaje del estudiante.” (Vargas, 2005:5)
Es importante señalar que el papel del profesor en este sentido del proceso de aprendizaje-enseñaza es más que un guía o facilitador de conocimiento pues en la relación maestro alumno se juega la afectividad. Los profesores, sin embargo, no necesariamente tendrán que realizar nuevas tareas. Simplemente pueden cambiar el enfoque de su trabajo, el cual estará orientado a que los estudiantes adquieran ciertos desempeños.
Ahora la enseñanza aprendizaje significa reorganizar estructuras cognoscitivas, mediante las prácticas de tareas y experiencias educativas individuales y colectivas que permitan a los alumnos apropiarse del conocimiento de tal manera que lo valoren como una herramienta que puedan utilizar en su vida cotidiana. Este modo de aprendizaje posibilitará resolver e identificar problemáticas, aplicando las herramientas y estrategias necesarias para su solución. Fomenta así el aprendizaje autónomo y el trabajo colectivo colaborativo. Lo importante es que los alumnos entiendan y tengan claros los procesos de cómo hacer algo, y no la simple acumulación de datos. Lo importante será saber cómo, dónde buscar y procesar el conocimiento.
Es importante rescatar estos señalamientos acerca de buscar el trabajo autónomo y colectivo mediante experiencias de aprendizaje, ya que presentan al profesor la oportunidad para buscar la transformación hacia la formación crítica, creativa y autónoma de sus alumnos.
Como menciona Vargas Beal, se trata de tener una visión global de todo los aspectos que influyen y de la circunstancia en que se sitúa la persona que está aprendiendo, sobre todo porque lo que interesa es que el conocimiento que se va adquiriendo tenga un significado para sí mismo, que se vuelva relevante como herramienta no sólo para resolver problemáticas específicas que se le presentan en su vida cotidiana, sino también como elemento importante para tener una visión o apropiación del mundo y en la medida de lo posible trasformar su entorno.
El rol del profesor con el enfoque de competencias.
Dentro de la reforma se plantea un perfil del docente, que sirve como indicador de los aspectos a cumplir para impartir clases y las obligaciones que va a tener estando dentro del enfoque de competencias. Uno de las aspectos sustanciales que se pretende renovar es que el profesor no debe centrarse en una pedagogía limitada solamente a facilitar la adquisición de conocimientos de las asignatura que imparte, sino que trascienda su quehacer más allá de lo exclusivamente disciplinar y apoye de manera integral la formación de los estudiantes.
Es de hacer notar que aunque en el perfil de profesor se menciona la importancia de su apoyo en la relación con el alumno para lograr la formación integral, dentro de la capacitación de profesores este rubro no se ha cumplido, además de que una atención personal que facilite la filia por el aprender, no es tarea fácil dada la sobrepoblación en grupos de más de cuarenta alumnos que suele presentarse dentro del colegio de Bachilleres. Además que las metas u objetivos institucionales están enfocados en la eficiencia terminal, es decir, en aumentar el número de egresados independientemente de la calidad de su formación.
El objetivo de los profesores en sintonía con la reforma, será el de crear estrategias o métodos adecuados para crear ambientes de aprendizajes propicios para que los estudiantes puedan desarrollar sus habilidades y capacidades, de tal manera que puedan movilizar todos los recursos que tengan para resolver adecuadamente situaciones problemáticas o necesidades en diferentes contextos. El fin es que el estudiante se vuelva eficiente, sobre todo para el mundo laboral.
Otro de los puntos para el profesor es que tendrá que buscar la forma para que los conocimientos resulten significativos en sus alumnos, para ello debe aprovechar situaciones problemáticas de la vida cotidiana, que sirvan de ejemplo a los contenidos de las asignaturas, con ello el profesor estará fungiendo como guía y acompañante para problematizar y resolver los enigmas que se presentan.
Pero sobre todo lo que se intenta es que el docente independientemente de la asignatura que tenga se vuelva un promotor y generador de las competencias genéricas,[10] las cuales están enfocadas a formar integralmente a los estudiantes, que se traduzcan en actitudes hacia su persona y la vida misma, de algún modo el docente deber ser un maestro para la vida.
Líneas posibles de la acción autónoma dentro de la RIEMS.
Es un hecho como lo menciona Castoriadis, que no se tiene señales dentro del Estado que gobierna a México en la conformación de una sociedad autónoma, que promueva su transformación mediante la crítica colectiva, ya que se encuentra comprometido con las políticas de la economía de mercado que promueven un sentido utilitario de la vida, bajo una autoridad y determinación vertical. Dentro de ese contexto el proyecto educativo de la educación media superior la RIEMS difícilmente, a pesar de que lo mencione en su discurso, promovería realmente la formación de sujetos transformadores hacia el bien común.
Siendo así, parece que el camino para resistir tal situación de determinación social dentro del ámbito escolar y del proceso de enseñanza-aprendizaje, está en manos de los actores más vulnerables de ese ámbito, los profesores y los alumnos, especialmente los primeros, pues son los que funcionan dirigiendo la organización dentro del aula y al dar curso a los programas entran en relación directa con el psiquismo de los jóvenes.
El papel del profesor en este contexto es de suma importancia porque será el encargado de ejecutar la propuesta por competencias, por ello tendrá que hacer un diagnóstico de lo que hace actualmente en el aula, evaluar qué tanto está de acuerdo con el enfoque de competencias, así incorporar aquello que le parezca adecuado para su trabajo y criticar lo que no crea pertinente. Es importante mantener una actitud crítica entre lo que se le pide, se puede hacer y se cree conveniente realizar. Porque no se trata de ser sólo capacitadores para crear personas eficientes y adaptativos sino ciudadanos responsables con su realidad y con elementos para transformar su entorno.
Mas allá del perfil laboral del docente que se marca en los documentos de la RIEMS, son los profesores los que tienen el derecho y la posibilidad de organizar su línea de trabajo, lo principal sería comenzar por formar un conocimiento interno personal y de la colectividad, para entonces proponer experiencias de aprendizaje de construcción individual y colectivas, legitimadas en la relación maestro alumno. Ello permitiría alcanzar las competencias que puedan superar la simple solución de problemas para ubicarse dentro de un contexto crítico de construcción permanente, que darían paso al reencuentro del sentido creativo de la imaginación radical, impulsando el cuidado de sí mismo y al mismo tiempo acciones individuales y colectivas para fomentar bienestar común.
Para alcanzar tales cambios, y que pueda proyectarlos en su relación con los alumnos, de inicio el profesor, como lo señala Castoriadis, tendría que tomar una posición política e intentar mediante la reflexión crítica, despojarse de la determinación de un proyecto educativo cerrado, que marca los sentidos utilitarios de la construcción de la vida. Por otra parte, ir más lejos de los simples ideales y objetivos marcados, para ver los valores más altos, como la transformación y el bienestar de la comunidad, intentar cambiar su situación dentro de la sociedad de mercado, por una que decida en la medida de sus posibilidades su tarea docente, donde cada individuo encuentre su sitio, que esté conforme con los deseos de su proyecto de vida, trazado en conjunción con los otros.
Sería preferible no quedarse sólo con una conciencia crítica, pero conformista o derrotista. Sino comenzar a trabajar en los diferentes ámbitos de trabajo en la transformación de lo que nos rodea, de buscar los puentes de enlace con aquellos que están esforzándose por construir un lugar mejor para vivir o por lo menos buscan alternativas a la dominación. Compartir y aprender de aquellos que han emprendido el camino para buscar darle un sentido propio a la vida.
Por ello los profesores están en tiempo de replantear la reforma, no hacia la eficacia sino realmente a una formación integradora, que posibilite construir ciudadanos concientes de sí mismos, de sus deseos, de su autonomía y conquistadores de su felicidad para si y para los otros.
BIBLIOGRAFÍA.
Castoriadis Cornelius (1990), El mundo fragmentado, Altamira, Argentina.
Castoriadis Cornelius(2001), Figuras de lo Pensable, Fondo de Cultura Económica, Buenos Aires.
Castoriadis Cornelius(2003), La institución Imaginaria de la Sociedad, tomo II TusQuets, Argentina.
Secretaria de Educación Pública. (Enero 2008), REFORMA INTEGRAL DE LA EDUCACIÓN MEDIA SUPERIOR EN MEXICO: La Creación de un Sistema Nacional de Bachillerato en un marco de diversidad. México.
Vargas Beal, Xavier. (Mayo 2005), El aprendizaje y el desarrollo de las competencias. México
[1] Este análisis se podría referir de la misma forma a la reciente reforma educativa que se ha presentado en el sexenio vigente donde gobierna el PRI en la figura de Enrique Peña Nieto. La cual no ha variado en el modelo y los objetivos de la RIEM del sexenio pasado.
[2] Cornelius Castoriadis, filósofo, psicoanalista, crítico y estudioso de la constitución de la Autonomía Social e individual, en lo histórico social.
[3] Castoriadis, Cornelius. Figuras de lo Pensado. Fondo de Cultura Económica, Buenos Aires. 2001. p 206 y 207.
[4] Autonomía. darse ley, creando nuevas formas y límites a partir de la reflexión crítica de sí mismo y de los sentidos establecidos por la institución, para responder de una manera más justa a las necesidades y deseos individuales y sociales. Desde una visión de la democracia, la autonomía significa autolimitación y no limitación impuesta por otro.
[5] Heteronomía. aceptar la ley que viene de otros, con significaciones y roles definidos.
[6] La Significaciones Imaginarias Sociales se refieren a las creencias que se han construido en la sociedad, que dotan de sentido, de significación. En palabras de Castoriadis: “son sobre todo, investir en la institución existente de la sociedad y las significaciones imaginarias insertas en estas instituciones. Estas significaciones imaginarias son: los dioses, los mitos, los tótems, los tabús, la familia, el Estado, la justicia, el capital, etcétera.” (Castoriadis, 2001: 187)
[7] Ibíd. p. 209
[8] Castoriadis ,Cornelius. El mundo fragmentado, Altamira, Argentina.1990. p.80
[9] Para más detalles de en qué consiste cada tipo competencia puede consultar el documento de la SEP: REFORMA INTEGRAL DE LA EDUCACIÓN MEDIA SUPERIOR EN MEXICO: La Creación de un Sistema Nacional de Bachillerato en un marco de diversidad. (México: SEP. Enero 2008), p. 50 a 65.
[10] Las competencias genéricas: describen fundamentalmente conocimientos, habilidades, actitudes y valores integrados que permiten la realización de diversos desempeños o tareas. Son transversales, no son restringidas a un campo específico y son transferibles, se refuerzan para adquirir otras competencias. Un ejemplo de lo que se considera competencia genérica es que se autodetermina y cuida de sí o piensa crítica y reflexivamente.