■ Que la enseñanza de la filosofía figure en la Constitución de la Ciudad de México.
■ Que dicha Constitución tenga un alto sentido filosófico y carácter humanístico.
■ Que se realice una consulta pública antes de ser aprobada.
Por Mtro. Eduardo Sarmiento Gutiérrez.
Estas son algunas de las conclusiones a las que se llegó el pasado sábado 20 de agosto, cuando un grupo de filósofos mexicanos (Ambrosio Velasco, Gerardo de la Fuente, José Alfredo Torres, Guillermo Hurtado y Gabriel Vargas Lozano) se reunió para analizar la propuesta que el Observatorio Filosófico de México (OFM), junto con un numeroso grupo de profesores e investigadores de Filosofía y Ciencias Sociales, entregó a quienes elaborarán y aprobarán la Constitución de la Ciudad de México. El encuentro fue dirigido al público en general y se realizó en el Museo de la Ciudad de México.
En los últimos meses, a través de cartas y solicitudes difundidas en diferentes espacios de la red, se ha puesto el acento en que la Constitución deberá garantizar una educación formal y cultural de los habitantes de la Ciudad de México con un alto contenido filosófico. Sin tanto rodeo: la exigencia es que en el capítulo en donde se establezcan las características de la educación, que no pueden ser menos que las consagradas en el artículo tercero de la Constitución de los Estados Unidos Mexicanos, se agregue lo siguiente:
“La educación formal e informal de los habitantes de la Ciudad de México, deberá tener un alto contenido filosófico que propicie una conciencia en todas las personas sobre su lugar en la sociedad, adoptando una actitud crítica, solidaria, humanista y un compromiso con las mejores causas de la Ciudad, del país y del mundo”. (Ver texto completo) ¿Cuáles son las razones para justificar tal exigencia? ¿En qué sentido se dice que la filosofía debe ser reconocida en la Constitución como un derecho para todos? ¿Qué objetivos se plantean en la propuesta? ¿Qué beneficios podría tener para el ciudadano semejante exigencia? ¿Cuáles son las condiciones materiales para llevarla a cabo? Estas preguntas se refieren en este sentido no sólo a la posibilidad de abrir el horizonte de comprensión de la sociedad y políticos en general hacia la filosofía (horizonte que, por cierto, generalmente es dibujado por prejuicios negativos) sino también como detonantes para pensar qué tipo de país queremos y cómo forjarlo.
En las diferentes intervenciones se subrayó que fenómenos como la desigualdad económica y social que se traduce en pobreza alimentaria, de capacidades y de salud; la violencia estructural normalizada por medios de comunicación; la corrupción e impunidad en altas esferas de la sociedad; la crisis educativa; la falta de pluralidad; el monopolio del saber que es también sobre la filosofía; el ninguneo hacia los filósofos, los jóvenes, las mujeres, por parte de políticos y sociedad en general; y en suma, los malestares de nuestra sociedad, de grupos e individuos, además de reafirmar la invisibilidad de valores y principios que entraña la filosofía hace necesario pensar en alternativas viables. Ante estos escenarios tan complejos, el Mtro. Gabriel Vargas salió en defensa de la ciencia y la filosofía, no como ámbitos separados sino complementarios para contribuir a la definición de las metas de nuestra sociedad. Hizo un llamado para hacer “un giro práctico en la enseñanza de la filosofía tanto en la educación institucional como en la cultural en general” y entre otras cosas expuso una serie de razones por las que “la filosofía, bien entendida y bien enseñada, puede contribuir como parte de la educación de los habitantes a lograr una sociedad mejor que mucho necesitamos para nuestro país”. En este mismo tono, para el Dr. José Alfredo Torres “la filosofía está presente pero no explícita”, es decir, la filosofía pragmatista, tecnócrata y neoliberal es la que domina el ámbito de la educación e ideología política. Sobre ella se diseñan los programas educativos, objetivos del aprendizaje y la estructura educativa. En resumidas cuentas, lo que el Dr. Torres dejó ver en una parte de su participación es que debe reconocerse a la filosofía que se desarrolla privilegiando el diálogo y la inclusión más allá de los esquemas impuestos que ocultan su potencial. Esa es la filosofía que, en cierta forma, ayudaría a destrabar muchos conflictos actuales. Por su parte, contra aquellos que no quieren que la filosofía sea un tesoro público y contra aquellos que, encerrados en torres de marfil, niegan la posibilidad de que la filosofía sea cultivada de otras maneras, el Dr. Guillermo Hurtado fue tajante al señalar que “no hay dueños del saber”. E incluyó en su reflexión la necesidad del arte junto con la filosofía como objetivos centrales de la educación y no como objetos ornamentales, de uso reservado a ciertas élites. La posición del Dr. Hurtado apunta a la democratización del saber, de la filosofía y las artes. Desde la parte estructural y de diseño, la vida en las aulas, hasta la sociedad en general. Una democracia robusta, que no sea de papel sino ejercida con plena conciencia.
Estos señalamientos, pues, tienen una causa que puede ubicarse en el seno de la propia filosofía. En los valores que confiere a la vida humana (en sentido natural y social) como la justicia, la solidaridad, la democracia, entre otros; pero también, al defender la educación filosófica se presentan como posibilidad de trasformación humana y social; como negación de formas de vida deshumanizadas, controladas y enajenadas como las que padecemos hoy y, no en último lugar, como exigencias que deben ser trasformadas en derecho para todos. En virtud de que proponen la mejoría intelectual y moral de los ciudadanos y sociedad en general.
NO TODO ES MIEL SOBRE HOJUELAS.
Hay una serie de factores que deben considerarse en torno a la exigencia del OFM. Si se habla de elaborar una constitución donde se reconozca plenamente a la filosofía, entonces hay que indagar en qué condiciones se está hablando de elaborar una constitución. Contra las constituciones hechas por minorías o aquellas que sólo defienden un punto de vista, el Dr. Ambrosio Velasco explicó por qué la pluralidad de puntos de vista debe ser el punto de partida para elaborar una constitución. Se trata de un principio de inclusión que apunta hacia el ideal clásico del bien común y felicidad para todos. “Pluralidad dentro de la unidad vs la homogeneidad bajo el falso pretexto de la igualdad”. Así la exigencia que plantea pero, ¿cómo preservar la diversidad en la elaboración de la constitución? Bajo la fórmula republicana coincidencia + diferencia, el llamado del Dr. Velasco es a la participación e inclusión de todos (así, todos) los diferentes sectores, grupos e individuos para que, sin aplastar sus identidades y necesidades sean tomados en cuenta como agentes primarios y no como sujetos pasivos. En suma: lo que se deja ver con su planteamiento es la radicalización de la democracia. La exigencia de que la vida pública no sea configurada con una constitución hecha por y para las minorías, tal como sucede en la mayoría de los casos. Por ello es necesario, de acuerdo con el Dr. Gerardo de la Fuente, que se incorporen las condiciones necesarias para mejorar los entornos en que habitan los ciudadanos. No es posible pensar en una participación plena si antes no se atiende de manera real y efectiva (no como simple caridad) los problemas que laceran a la mayoría de la población y que los mantiene alejados de cualquier decisión pública: alimentación, salud, vivienda, educación. Esto se enlaza con otra idea presentada por el Mtro. Vargas Lozano: “el Estado, tiene la obligación de promover entre las personas que conforman la sociedad una cultura filosófica para lograr una auténtica democracia”. En el fondo se trata de la misma exigencia: educación filosófica para posibilitar ciudadanos críticos y consientes de su realidad; ciudadanos participativos que velen por el bien común (con toda la hondura que entraña), por la pluralidad y diversidad y por una constitución que no sea un conjunto de leyes impuestas por una minoría sino, en el mejor de los casos, expresión cabal de los diversos grupos humanos que conforman la sociedad. Es decir: una constitución con alto contenido humanístico y filosófico donde la enseñanza de la filosofía constituya parte esencial de ella.
La mesa redonda concluyó con la participación del público asistente, se expusieron problemas relativos a la enseñanza de la filosofía y condiciones en que se halla la sociedad mexicana y, entre otras cosas, se hizo un llamado a los constituyentes para que reflexionen con seriedad sobre la labor que van a emprender. Fue trasmitido por la Coordinación de Filosofía de la UNAM (ver video)
Esta actividad forma parte del programa LA FILOSOFÍA. UN DERECHO DE TODOS impulsado por el área de Proyectos Especiales de la Secretaría de Cultura de la Ciudad de México bajo la dirección de María Cortina en conjunto con el Observatorio Filosófico de México y otras instancias para promover la reflexión, el diálogo y la crítica con bases filosóficas en diferentes sectores de la población.
Fuente: CEFILIBE
Guillermo Hurtado, Gabriel Vargas, María Cortina, Ambrosio Velasco, Gerardo de la Fuente, Josu Landa y José Alfredo Torres.
Es una maravillosa iniciativa, felicito a los filosofos participantes asi como a todos los involucrados, sin duda de llevarse a cabo beneficiará a los ciudadanos en la medida en que sean incluidos y se fomente la participación de «todas y todos» (aunque suene a demagogia barata). Es el momento de que pensemos de formas diferentes y tomemos deciciones para vivir con dignidad, y respeto por «el otro» fomentemos la Filosofía y las Artes, para lograr los grandes cambios culturales que requiere México y el mundo.
Desde la educación preescolar y en todos los niveles se deben incluir materias y temas de estudio de la Filosofía y las Artes con valor curricular impartidas por profesionales que se incorporen al sistema educativo. «Luchemos por lo imposible»
Muchas felicitacioness por su trabajo y dedicacion para fomento de mas programs de estudio y conceptos sobre filosofia, muy necesarios en crear mas conocimiento y concientiza a Mexico.
La educacion filosofica es la base del exito de toda sociedad hoy dia.