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Por: Moisés Rodríguez Rosales.
… El fondo de todo problema, ya social, ya político, tomando estos vocablos en sus más comprensivas acepciones, implica necesariamente un problema pedagógico, un problema de educación.
Justo Sierra, Discurso inaugural de la Universidad nacional.
Esta frase del Discurso inaugural… de Sierra, es una afirmación muy interesante y puntual, en efecto, todo problema político implica un problema educativo. Sin embargo, parece faltar algo a esta interpretación pues, si bien es claro que la educación tiene implicaciones sociales y políticas, podemos decir también que los procesos políticos tienen implicaciones sociales y educativas. En el presente ensayo expondré cómo se da esta interrelación en nuestro país.
José Alfredo Torres, en el libro titulado La filosofía mexicana ¿Incide en la sociedad actual?[i] Explica que a principios del siglo pasado, se impulsó a la filosofía y se le otorgó un lugar importante en la educación de los jóvenes promoviendo escuelas, facultades, materias, etc. pues era un proyecto político emancipatorio que implicaba un desarrollo interno económico, educativo y social. Sin embargo, a causa del mismo proceso histórico, con acontecimientos como “la rebelión delahuertista, la escisión del grupo ateneísta, el asesinato de Obregón y un largo etcétera”.[ii] se vio afectado profundamente el proyecto emancipatorio y, con él, la propuesta económica, social y educativa.
Según Vargas Lozano, en el mismo texto citado, el sistema político y económico en el que nos encontramos es, y ha sido desde la segunda mitad del siglo pasado hasta la fecha, un sistema con estrategia neoliberal; en los años 70´s (más o menos) se introdujo una política neoliberal cuya estrategia se basó en el “desmantelamiento” del Estado benefactor, la disminución del papel del propio Estado y la privatización de las empresas. Las causas de la aplicación de esta estrategia y esta política fueron, por una parte, las terribles políticas económicas aplicadas anteriormente, además de la decisión del gobierno de López Portillo de subordinar la economía nacional a un sector de la economía norteamericana. Este hecho tuvo como consecuencia una subordinación económica, política y educativa del país, dependiente de los intereses y necesidades de los países industrializados. Fue un cambio radical al proyecto emancipador revolucionario, que pretendía un desarrollo interno político, económico, social y cultural.
Podemos observar que este hecho implicó un cambio en el sistema educativo, había que formar ciudadanos capaces de cumplir con las exigencias de esa estrategia política aplicada, es decir, había que formar gente que pudiera hacer uso de las tecnologías de los países industrializados, gente que pudiera hacer el trabajo y solventar las necesidades e intereses de esos países sin desarrollar un pensamiento crítico al respecto y que no tuviese un desarrollo interno mayor. Esa era, y es aún, la exigencia educativa que el sistema político actual se plantea.
Es claro, con la explicación que José Torres y Gabriel Vargas nos exponen en este libro, que gran parte de la situación educativa actual es producto de los procesos políticos por los que ha atravesado nuestro país en las últimas décadas. No es de extrañar, entonces, que las humanidades, y la filosofía en particular, estén bajo este proceso que tiende a minimizarla pues no es lo que, según las políticas aplicadas en nuestro país, se requiere para formar a los ciudadanos.
Vemos que, como Marx lo explica en su teoría –que no explicaremos aquí, por cuestiones de espacio– hay una base económica (el capitalismo, manifestado en este neoliberalismo) que condiciona esta superestructura política, que a su vez condiciona la esfera educativa y social del país y que, para hacer una propuesta en materia de enseñanza y/o educación que englobe estas condiciones materiales, tenemos que explicar la base económica a la que está respondiendo la política; para después analizar esta estructura política y sus implicaciones educativas.
Con lo anterior podemos observar que, si bien Sierra apunta con mucha puntualidad la relación entre la educación y la política, ésta es más compleja, no es que solamente una implica a la otra, sino que ambas se implican mutuamente, es por ello que hacemos énfasis en la importancia del análisis político para poder hacer un examen exhaustivo de la situación de la educación y la enseñanza de la filosofía en México.
Si bien este ensayo no tiene por objeto hacer un análisis exhaustivo de la situación política del país (ello requiere de un amplio examen) considero que sirve para comprender el campo por el que se mueve, en forma dialéctica, la esfera educativa, la esfera social y la esfera política. Con lo anterior podemos observar, claramente, cómo es que la educación, el tipo de educación que se propone y se aplica en una sociedad, es producto de los procesos políticos por los que atraviesa dicha sociedad; la esfera política tiene consecuencias en la esfera social y la educativa, así como la esfera educativa tiene consecuencias en la esfera social y política. Este planteamiento trae como consecuencia que, para hacer un análisis completo de la situación actual de la educación en México, es necesario hacer un análisis de la situación política por la que atraviesa el país, pues de no hacerlo así corremos el riesgo de no tener un examen completo de la situación y, por tanto, no ser capaces de proponer una alternativa suficiente a este respecto.
Con lo anterior quiero decir que, si bien nuestro interés es la enseñanza de la filosofía, y la educación en nuestro país, tenemos que hacer, primero, un análisis exhaustivo de las condiciones políticas de la actualidad, ver a qué están respondiendo, para poder explicar claramente la situación educativa del país.
[i] Vargas Lozano, Gabriel, Mauricio Beuchot, Guillermo Hurtado, José Alfredo Torres. La filosofía mexicana ¿Incide en la sociedad actual?. México. Ed. Torres Asociados. 2008. Pp. 102.
[ii] Ídem.
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