Siguiendo la postura que dicta la existencia de una filosofía mexicana (para ser más concreta me referiré a la época actual) diré que nuestra defensa va a tener dos variantes. La primera, (que es frente a Europa) será la de mostrar nuestra filosofía con la finalidad de que esta sea reconocida e integrada a la historia de las ideas filosóficas universales; así como la de cumplir el fin de establecer puentes de comunicación entre filosofías reconociendo siempre (en cuanto al filósofo mexicano se refiere) que somos herederos de dos tradiciones; la precolombina y la europea.
Pero si se trata de la defensa de nuestra filosofía mexicana frente y dentro de nuestro propio país, habremos de buscar “mostrar nuestra filosofía” pero dentro de este “mostrar” estará implícita la tarea de presentar y evidenciar como sería la labor del filosofo frente a Europa, pero además de desarrollar las fundamentales tareas que son: “enseñar”, “educar”, e “instruir”
Nuestra labor frente a Europa, será sí la de mostrar nuestra filosofía teniendo claro el objetivo de establecer puentes de comunicación entre nuestra filosofía y otras filosofías; entre nuestra cultura y saberes, y otras culturas junto con sus tradiciones y saberes; porque hay que buscar enfrentar nuestras dudas, y trabajar en dar a estas, respuestas; pues si bien una de las características que siempre ha defendido la filosofía universal, es que está debe responder a la universalidad[1] por ello, que nosotros debemos corresponder a tal exigencia y qué mejor que buscando y trabajando desde nuestro propio entorno, buscando responder a necesidades propias mediante métodos propios, con el claro objetivo de que nuestras reflexiones puedan ser útiles a problemas semejantes en cualquier parte del mundo. A lo que además habría que aclarar, como ya hace tiempo lo vino haciendo Francisco Javier Clavijero cuando se refería a la defensa de nuestra filosofía, cultura y pensamiento que sí buscamos el reconocimiento y no en un sentido caprichoso y necio, pero sí con la fuerte convicción de querer hacer clara nuestra aportación a la filosofía universal que:
…no se crea que se trata tan sólo de una infantil pelea en que sólo entrara en juego el amor propio; mucho más hay en disputa. Se trata en realidad de una contienda contra todo punto de vista peculiar de muchos europeo, contra todo un sistema de ver el mundo y la historia. La razón universal, instrumento occidental de dominio, implica como tal instrumento la conversión de todo objeto a su imagen y semejanza.[2]
En cambio, en México buscamos insistir en nuestra filosofía mexicana por razones similares en sentido teórico, aunque distintas en sentido práctico; ya que diremos, siguiendo a Dussel, que la filosofía mexicana sea reconocida como tal, que tenga un nombre, pero no sólo, sino también una función práctica y que esta tenga una utilidad; para lo cual tenemos la responsabilidad no sólo de pensar la filosofía y de crearla, sino de hacerla llegar no sólo a las muy reducidas élites mexicanas (me refiero a los grupos con alto poder económico e influyente en el país) e intelectuales; sino a todos, para todos y de la manera más entendible, pues como bien dice el Dr. Enrique Dussel, que los cambios nunca son generados por las pequeñas élites sino por las grandes masas; de ahí la importancia que la filosofía llegue en un lenguaje sencillo a todos y principalmente a las masas. Y debe ser así, pues tenemos la responsabilidad de sacar de las aulas y cubículos a la filosofía y buscar su intervención real y útil en la vida práctica.
[1] Curiosamente además de contradictorio, pues si bien Europa defiende el carácter universal en la filosofía, esta ha hecho de la filosofía una unión de pensamientos locales; la ha encerrado en sus pensamientos, en sus propias dudas, pero también en sus propios errores. Pues Europa ha venido desempeñando una labor fuertemente hegemónica en cuanto a la filosofía se refiere, misma que ha desdeñado, negado y rechazado cualquier otro tipo de filosofía (juzgándolo de no filosofía estricta) por no responder a las semejanzas europeas arquetípicas.
[2] Villoro Luis., Los grandes momentos del indigenismo en México., El Colegio de México, El Colegio nacional. Fondo de cultura económica., tercera reimpresión., México 2005. (Ibíd., p. 116)
¿Hay Filosofía en otra parte del Universo?
No hagamos lo mismo que Europa, hacer de la filosofía algo universal es muy arriesgado. Pienso que hay que empezar por allí. La filosofía es a nivel mundial, una filosofía mundial o planetaria.
Parece que el afan de «universalizar» a la filosofía por parte de los filósofos mexicanos y latinoamericanos puede caer en el mismo hoyo que la filosofía del «viejo continente» Pregunto, si la filosofía es «universal» como lo hacen ver, ¿es filósofo el obrero que trabaja más de 12 horas? ¿es filósofo un niño? ¿Una mujer embarazada? ¿Un niño con autismo? ¿Es filósofo un mineral? ¿La universalización de la filosofía sale fuera de la academia?
¿Qué criterios, diferentes a los europeos, tiene la filosofía mexicana para «universalizar» a la filosofía?
Saludos