Ramos, Samuel. Historia de la filosofía en México. Consejo Nacional para la Cultura y las Artes. México. 1993.
Por Jorge Uriel López Galeana*
lopezjorgeu@gmail.com
La primera edición de la Historia de la filosofía en México de Samuel Ramos fue publicada en 1943 por la Universidad Nacional Autónoma de México (unam) y después de ese año el libro fue motivo de nuevas ediciones; en ellas, la obra fue publicada sin modificar su contenido, más que con algunas correcciones menores de estilo y tipografía. En 1976 la unam incluyó en la serie de la Nueva Biblioteca Mexicana la obra completa de Ramos, con la Historia de la filosofía en México entre sus páginas; mientras que la edición más reciente se encuentra en la compilación de las obras de Ramos hecha por Tania López Ozuna, publicada por el Colegio Nacional en 2011.
A continuación nos ocuparemos de reseñar la edición que publicó el Consejo Nacional para la Cultura y las Artes (conaculta) en 1993 dentro de la colección Cien de México. Esta edición contiene, además de los capítulos originales de la obra, una introducción y un apéndice elaborados por Bernabé Navarro, quien fuera discípulo del propio Ramos y titular de la cátedra de filosofía mexicana en la unam, una vez que Ramos, fundador de la misma, la dejara a su cargo.
En la introducción Navarro presenta el libro al tiempo que muestra la pertinencia de esa nueva edición y la inclusión de la obra en la colección Cien de México; aunado a esto, expone una serie de etapas del desarrollo del pensamiento mexicano sobre la historia de la filosofía en México para ubicar a Ramos en la propiamente llamada “etapa histórica de los estudios e investigaciones sobre la historia de la filosofía mexicana”[1] la cual se caracteriza por clasificar y problematizar a los distintos periodos de la filosofía en México más que de presentar de manera aislada un listado de autores y obras inconexas. Por otro lado, el apéndice es una actualización de la Historia de Ramos, misma que Navarro realiza al exponer nuevas investigaciones llevadas a cabo por varios autores después de la publicación de dicha obra y que, dice Navarro, pueden considerarse como aportes a la misma.
El libro está dividido en dos partes: en la primera, Ramos problematiza en torno del pensamiento de los antiguos mexicanos para, posteriormente, interpretar el proceso de conquista espiritual llevado a cabo en la Nueva España por las órdenes religiosas; la segunda parte está dedicada a estudiar la filosofía en México después de la revolución de independencia –el estudio que hace aquí Ramos comprende el siglo xix y lo que había avanzado el siglo xx, ya que, como mencionamos líneas arriba, el libro vio la luz en el año de 1943.
Ramos reconoce que la época del México colonial está altamente influenciada por la escolástica, traída a la Nueva España por las órdenes religiosas. El autor destaca este periodo por su labor educativa, aunque a finales del mismo, afirma, cae en un estancamiento que no permite al pensamiento desarrollarse de manera oportuna. Las primeras reacciones filosóficas contra el escolasticismo se dieron hasta principios del siglo XVIII, en esos años Benito Díaz de Gamarra inició una reforma filosófica introduciendo el pensamiento racionalista; pero, si en la reforma de la filosofía Gamarra propone los nuevos rumbos, quien toma las riendas del cultivo y divulgación de la ciencia es Antonio Alzate.
En los inicios del siglo XIX la introducción de nuevas ideas, lejanas a la añeja escolástica, junto con el desorden político producto del reinado de Carlos IV, trajo consigo la posibilidad de plantear el ideal de libertad. Por desgracia, el orden político y social dado después de la revolución de independencia deja a México sin directrices espirituales. Ramos percibe en este periodo la imitación de modelos extranjeros para intentar emparejar las nuevas exigencias sociales con un marco jurídico sólido.
Son varias las influencias filosóficas que se importan en ese tiempo, pero una es la que marca especialmente a la sociedad mexicana: el positivismo de Augusto Comte traído a México por Gabino Barreda a mediados del siglo XIX; quien creía que del positivismo se podía extraer una forma distinta de organizar la sociedad. A inicios del siglo XX con la restauración de la Universidad de México que hace Justo Sierra, impelido por las demandas de la generación joven, comienzan a haber cambios ideológicos, sin embargo el positivismo seguía ocupando un lugar privilegiado. Es hasta la aparición del Ateneo de la Juventud, la generación del centenario, que por 1908 comienza la crítica filosófica al positivismo, esto hace patente que “este movimiento intelectual revolucionario –en palabras de Ramos– se adelantaba dos años a la revolución política que estalló en 1910”[2].
Los últimos aportes del libro son exposiciones breves que hace Ramos sobre distintos pensadores contemporáneos, entre los que se encuentran Antonio Caso y José Vasconcelos; junto con una evaluación de la filosofía mexicana de su tiempo, así como sus expectativas sobre ella, teniendo como referencias la normalización de la filosofía en México y la crisis de la cultura europea representada por las dos guerras mundiales.
Así, el recuento histórico que realiza Ramos en el libro tiene, básicamente, dos funciones: buscar cómo los planteamientos filosóficos llegados a México han influido en la vida socio–cultural del país;[3] establecer un mapa que ayude a entender si, verdaderamente, ha habido pensamiento filosófico propio en México.
Quizá el capítulo que se aparta de la línea temática general del libro, en alguna forma, es el primero “¿Hubo filosofía entre los primeros mexicanos?”, ya que en este se alternan sentencias tanto afirmativas como negativas sobre el pensamiento indígena: en un momento se incluyen analogías entre mayas y griegos o entre aztecas y romanos; y en otro, que sus concepciones carecieron del pensamiento racional y del conocimiento de la ciencia para que pudieran ser consideradas como pensamiento filosófico; o que, en todo caso, no podemos saber hasta dónde pudo desarrollarse su pensamiento ya que la llegada de los españoles truncó toda posibilidad de continuar su evolución espiritual. Sin embargo, y aún con lo apenas descrito, nos parece que en el estudio emprendido por Ramos se considera al pensamiento de las civilizaciones antiguas de México por primera vez como objeto de estudio específicamente filosófico y que a partir de este se abrieron posibilidades para pensar de manera distinta sobre el pensamiento indígena.[4]
Podemos decir ahora que la Historia de la filosofía en México bosqueja un panorama fundamental para comprender el desarrollo de la filosofía en nuestro país; ya que de la exposición de Ramos se puede entender que, hasta antes de su generación, había enseñanza de contenidos filosóficos y pensadores lúcidos, pero no había lo que podría denominarse como una filosofía propia que dejara de imitar a la filosofía europea.
Ramos entendía los límites de la filosofía de su tiempo y simultáneamente confiaba en que ésta había llegado a un estado de normalización en México, es decir, que había logrado difundirse y desarrollarse para ser considerada, primero como un objeto valioso de historiar, y después como un pensamiento que estaba en los albores de caracterizar un estilo propio; por ello el valor del libro que ahora reseñamos –para su tiempo, pero también para el nuestro– es que se trata de una obra que significó un momento de ruptura en la forma de concebir la filosofía en nuestro país. La novedad de la obra consistió no solo en el tratamiento de su contenido, sino en el problema de fondo: en ella se planteó por primera vez con todas sus fuerzas la pregunta por un filosofar propio en México.
* Jorge Uriel López Galeana es estudiante de octavo semestre de la licenciatura en Filosofía en la Facultad de Filosofía “Dr. Samuel Ramos Magaña” de la Universidad Michoacana de San Nicolás de Hidalgo. Delegado de la Sección-Michoacán de la CONEFI desde 2014, primer lugar de Concurso Anual de Ensayo Filosófico de la facultad de Filosofía “Dr. Samuel Ramos Magaña” en 2013.
[1] Navarro, Bernabé. “Introducción” en Ramos, Samuel. Historia de la filosofía en México. Consejo Nacional para la Cultura y las Artes. México. 1993.
[2] Ramos, Samuel. Historia de la filosofía en México. Consejo Nacional para la Cultura y las Artes. México. 1993.
[3] He aquí una de las muchas conexiones que hay entre la Historia de Ramos con su libro más conocido El perfil del hombre y la cultura en México, pero también con el resto de su obra, hemos de recordar que para 1943 Ramos ya había dado a la imprenta sus libros Más allá de la moral de Kant y Hacia un nuevo humanismo donde, además de realizar estudios conceptuales, se esboza una propuesta ética.
[4] En parte, esto lo sustenta el propio Bernabé Navarro en el apartado del apéndice que corresponde al capítulo referido cuando expone los estudios realizados por Ángel María Garibay y por Miguel León-portilla; véase: Navarro, Bernabé. “Apéndice” en Ramos, Samuel. Historia de la filosofía en México. Consejo Nacional para la Cultura y las Artes. México. 1993.