Durante su vida se enfocó en la justicia, el derecho y la política. Vivió confrontado con la Corona Española; pues, para Las Casas, los españoles sólo fueron a América con la intención de hallar oro para incrementar sus riquezas, y no con la finalidad de propagar la fe católica. Opinaba que la fe cristiana no debía ser impuesta, sino enseñada de manera pacífica, amorosa y caritativa.