«Hoy la humanidad corre un peligro terrible: que acabemos con la diversidad biológica», lanzó ayer una advertencia el maestro Miguel León-Portilla al inaugurar la Casa de los Pueblos y Barrios Originarios de Coyoacán.
Con la contaminación mueren muchos animales, muchas plantas desaparecen y eso a la larga trae consecuencias funestas, puede de repente cambiar el clima y que la Tierra se vuelva muy poco habitable. No quiero ser catastrofista, pero es verdad»
Coyoahuacan, lugar de los que tienen o poseen coyotes», donde anunció que actualmente trabaja en la edición de un mapa muy antiguo de la ciudad de México, que incluye a Coyoacán, el cual será publicado por la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) y el Fondo de Cultura Económica con el título Mapa de México-Tenochtitlán hacia 1550.
«Vivo en la Villa de Coyoacán, en el barrio de la Conchita», dijo León-Portilla y enseguida provocó un aplauso de sus «
compatriotas», como dijo. «
Miren, me dedico sobre todo a la historia indígena y tengo documentos de Coyoacán en el siglo octavo, cuando esto pertenecía a Azcapotzalco, con los tepanecas, pero ya desde aquella época Coyoacán era un lugar plurilingüístico y pluricultural», explicó mientras el sonido de las bocinas acallaba la protesta de una mujer que sostenía un cartel contra el jefe delegacional y que de manera instantánea fue rodeada por trabajadores de la demarcación.
«En México hay muchas lenguas y tenemos que luchar para que no desaparezcan. Ojalá que en esta casa de cultura empiece a haber clases de náhuatl»–dijo León-Portilla– y ofreció la ayuda de sus alumnos de la UNAM, que podrían ser maestros.
«A ver, ¿cuántos de ustedes querrían estudiar náhuatl?», preguntó. ¡Yo!, se levantaron por centenares las manos, bajo una lona instalada en la calle, cerrada al tránsito, como en las fiestas patronales. En respuesta, León-Portilla señaló: «
¡Qué bueno! Aunque ya saben algo de náhuatl porque dicen chilaquiles, totopos, pinole, aguacate, tepalcate, chiquihuite, chipotle, etcétera. Sabemos los mexicanos, normalmente, más de 500 palabras de náhuatl».
«En el margen tienen textos que dicen: en la tasación que hizo el regidor tal se fijó tal monto, después el pueblo protestó»y, acotó León-Portilla, “»como acabo de ver yo, estos vecinos que no estaban de acuerdo por la construcción de una unidad habitacional.
El que porfía, mata venado», entonces hay que porfiar en la vida, aconsejó.