El día de hoy se celebran 292 años del nacimiento de una figura destacable, sin embargo olvidada tanto de la historia del México novohispano, como de la historia de la filosofía mexicana. Rafael Campoy ─nacido el 15 de agosto de 1723 en Álamos, Sonora─ fue jesuita, parte del denominado grupo de los humanistas del siglo XVIII. Campoy fue introductor de las ideas modernas a la Nueva España, donde aun se reflexionaba en torno a las viejas concepciones escolásticas. Por ello es importante, primero, esclarecer algunos puntos generales sobre la concepción y métodos escolásticos utilizados en el México novohispano. Ya que con esto se comprenderá a cabalidad el por qué de la radicalidad de sus ideas modernas. Momento donde, como ya he señalado, los jesuitas son partícipes con su brillante filosofía.
Ya para el siglo XVIII, la modernidad abre paso entre la filosofía escolástica decadente, y consecuentemente traería la revolución del pensamiento y con ello claramente, la gesta de un movimiento social. La duda presentada por Descartes corre como un fino hilo por todo el posterior desarrollo del pensamiento. Durante este periodo, destacan principalmente los jesuitas Francisco Xavier Clavijero, Diego José Abad, Francisco Javier Alegre, y Rafael Campoy, quien nos atañe el día de hoy ¿Cuál fue su labor filosófica? El primero de los aspectos por señalar, es el método, medio esencial por el cual renovarían la filosofía tradicional; los filósofos jesuitas rechazaron todo argumento ad verecundiam, en cambio, se inclinaron por la investigación y estudio en las fuentes directas[2]. Por lo tanto, el rigor en la búsqueda por la verdad, es un método fundamental que lleva a cada filósofo jesuita a ser sumamente crítico frente a la realidad. Ahora bien, entrando en los matices, en sí, de la filosofía jesuita, es pertinente mencionar las influencias que éstos tuvieron: Bacon, Malebranche, Leibniz y Descartes. Sin embargo, la enorme inteligencia de los filósofos jesuitas no se apropia del pensamiento de sus influencias, sino que lo adaptan en torno a problemas que atañían a su contexto. Algunos de los problemas que abordaron fueron: el estudio desde la física —y no desde la metafísica— de la naturaleza y la defensa de la tesis del pecado filosófico. Así mismo, tratan el tema de la dignidad humana, al plantear la relación con el «otro». Como bien señala el Dr. Ramón Kuri…